SEDE DE ZAMORA

Situado en el antiguo convento de San Francisco rehabilitado por el arquitecto Manuel de las Casas, integra un conjunto funcionalmente eficaz a través de la combinación de la vieja fábrica de piedra con el vidrio y el acero de los revestimientos que dominan la actual intervención. En un espacio de 8000m² (3500m² construidos) el conjunto alberga los siguientes espacios: Salón de actos, sala de viodeconferencia (capilla del Escalante) Sala de reuniones (capilla de los Ocampo), Sala de Exposiciones (Capilla del Dean), Centro de Documentación, Cafetería, Área privada y Área residencial.


Vídeo de las instalaciones de la Fundación

Este recinto donde se reunieron los Comuneros castellanos, sirvió también de acuartelamiento a las tropas francesas, quienes produjeron daños irreparables en su estructura.

 

La exclaustración definitiva del convento se produjo en los años treinta del siglo XIX.

 

La sede cuenta con dos zonas bien diferenciadas: la parte arquitectónica histórica y la parte de nueva construcción.

  • La parte histórica se circunscribe a los restos arquitectónicos de la cabecera de la iglesia conventual: ábside del siglo XVI, capillas laterales de Ocampo y Escalante de finales del siglo XV y comienzos del XVI, y capilla funeraria (capilla del Dean) obra de Gil de Hontañón, con pequeña capilleta interior de inicios del siglo XVI. Asimismo se conservan restos del antiguo claustro y de la antigua bodega, fechados a inicios del siglo XVII.
  • La zona de nueva construcción es un ejemplo espléndido de la nueva arquitectura española. Se ha instalado espacios de nueva creación forrados de acero cortén, donde se ubican la cafeteria, las aulas, la residencia y la biblioteca.

"La propuesta para la creación de la Fundación Rei Afonso Henriques en este conjunto de restos góticos es sencilla: potenciar esa misteriosa belleza de lo incompleto que hace evocar tiempos pasados desde la indudable capacidad plástica de la ruina, y articular, con leves volumetrías, una secuencia de espacios que den respuesta a un programa. Esta idea, junto a la huella de lo que fue el conjunto conventual, las privilegiadas vistas sobre el río y la ciudad de Zamora conducen a la solución adoptada: un edificio en forma de "L", que delimita el antiguo vacío de la Iglesia, y que divide el espacio en dos: un jardín de carácter público, que antes estuvo ocupado por tres naves de la Iglesia, y otro que ocupa la posición del primer claustro del antiguo conjunto conventual".

(Manuel de las Casas)

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